Hasta encontrar el mar, no mi mar
Puedo navegar los mares de las huestes
Sin perder la fe en mi ser
Puedo contar historias a los locos
Y hacerlos sonreír y llorar
Puedo construirles un barco con pergamino
E irnos a viajar al infierno
Solamente en las noches de invierno
Resiento en mi pecho la soledad de este exilio
De muertos inquietos y ebrios
Ni una mujer podría calentar mi lecho
Ni hacerme cantar la esperanza, la esperanza de volver a mi hogar
Puedo cortar mil cabezas de medusa
O al trimedrón ahorcar en su red
Pero no encuentro la ruta de regreso
Que me lleve al sol, nuestro sol.
Busco el silencio en la noche para hablar con el
Pero su voz no está en mis sueños
Mi pegaso está herido
Y sus alas no podrían soportar mi abandono
Solamente en las noches de invierno
Resiento en mi pecho la soledad de este exilio
De muertos inquietos y ebrios
Ni una mujer podría calentar mi lecho
Ni hacerme cantar la esperanza, la esperanza de volver a mi hogar
Los sótanos del averno están vacíos
El guardián dejó su puesto
Las criaturas del Leteo se han marchado
A poblar la falsa luz de la tierra
La barca de Caronte está perdida
En el fondo del Estigio calcinada
Puedo decirme dueño de estas tierras
¿acaso construiré aquí mi pueblo?