Rock mexicano de los 60 y 70: los discos olvidados04-agosto-2010
Locos del Ritmo, Revolución de Emiliano Zapata, Batiz and Hair, Three Souls in my Mind
Generalmente, cuando se habla de la historia del rock nacional, las nuevas generaciones empiezan a contar desde la década de los 80, tal vez con el nacimiento del rock rupestre o de plano con el de Rock En Tu Idioma. Una lástima, porque décadas atrás existieron discos que aún ahora suenan divertidos y arriesgados, incluso frescos.
Son también influencia no reconocida para la música moderna. Con The Mars Volta, por ejemplo, podemos escuchar reminiscencias de Bátiz y El Ritual. Tan sólo de los olvidadosGibson Boys se han inspirado las bandas rockabilly del nuevo siglo. Lo mismo Los Locos del Ritmo y otros pioneros, todos respetados por Lost Acapulco y otros surferos.
En México, el rock and roll “tuvo que abrirse paso entre toda la tradición musical existente entonces: danzones, boleros y chachachás”, según narra Teresa Estrada (Sirenas al Ataque) en su tesis Lenguaje e Identidad en el Rock Mexicano.
Fueron las grandes orquestas las que por vez primera tocaron rock and roll en nuestro país, entre ellas, la de Pablo Beltrán yPepe Luis, Venus Rey, Luis Arcaraz, los hermanos Reyes, los Tex Mex y los Xochimilcas. Para 1957 Gloria Ríos y Erika Carlsson se convirtieron en las primeras roqueras.
Los primeros fanáticos fueron chicos de clase media y la alta burguesía. La mayoría tenía el dinero para comprar los discos importados de Bill Haley y Little Richard, e incluso algunos formaron sus propios grupos.
Muchas de estas primeras bandas tocaban los éxitos del rock en inglés, pero adaptados al español, por lo que rolas como ‘Jailhouse rock’ se convertían en ‘El rock de la cárcel’ mientras que ‘Tallahassee Lassie’ se transformaba en ‘Chica Alborotada’.
A principios de los 60, las disqueras que habían firmado a esos primeros grupos promocionaron sólo a los cantantes: César Costa salió de Las Camisas Negras, Enrique Guzmán de los Teen Tops y Johny Laboriel de losRebeldes del Rock. “Quitaron de los intérpretes aquellos elementos que pudieran tener de rebeldes y los convirtieron en buenos y dóciles muchachos”, cuenta Tere Estrada.
Sin embargo, a finales de esa década llegó una nueva camada con Los Apson Boys, Javier Bátiz y Los Griegos, artistas venidos del norte que por su cercanía con la frontera se vieron influenciados por el folk y el country estadounidense.
Se volvió costumbre cantar en inglés y la tendencia hippie del “amor y paz” se adaptaría en México con los jipitecas. De tales transformaciones emergieron grupos como los Dugs Dugs, Love Army y Peace & Love.
En 1971 se llevó a cabo el festival de Avándaro, que congregó a miles y que luego serviría de pretexto para atacar al rock. Llegó entonces una época oscurantista, pues según Estrada “gobierno, policía, Iglesia, padres de familia, industria cultural, toda la sociedad mexicana negó durante más de una década la existencia de este fenómeno”.
Con todo, en esas primeras décadas de historia se grabaron diversos vinilos, tal vez mal producidos y sin reconocimiento masivo, pero que hoy en día son documentos musicales dignos de descubrir, algunos de ellos, con verdaderas sorpresas a lo largo de sus surcos...
Rock – Locos del Ritmo (1960)
“De los numerosos grupos mexicanos que se dieron en los 50, los tres grandes fueron los Teen Tops, losRebeldes del Rock y los Locos del Ritmo, pero este último sin duda fue el más valioso de todos porque presentó material propio mientras que los demás refriteaban los roncaroles gringos”. Así lo explica el escritor José Agustín, en su libro Los Grandes Discos del Rock 1951-1975.
“Se volvieron muy populares cuando se incorporaron Rafael Acosta y Jesús González, quienes compusieron dos rolas exitosísimas del rock mexicano: ‘Tus Ojos’, una balada de Rafa Acosta, y ‘Yo no soy rebelde’, de Chucho González, la cual se volvió himno de los chavos mexicanos que eran denostados como rebeldes sin causa”.
También clásico es su segundo acetato de 1961 (foto de portada) con piezas como ‘Pólvora’ y ‘Chica Alborotada’, muy familiares para nuestros papás.
Batiz and Hair – Javier Bátiz (1969)
“En el fondo de su alma reinaba el blues, el rhythm and blues, el doo wop y el soul”, recuerda también José Agustín, por cierto gran amigo de Bátiz.
“Al tocar, Javier se prendía como nadie y a través de él se expresaba el espíritu del rock. Hacía portentos con la guitarra; la podía distorsionar y dar un sonido pesadísimo, pero más bien se lucía al tocarla limpiamente, al estilo de los grandes blueseros”.
Para Agustín “es el requinto más grande que ha dado México” aunque reconoce que “merecía una difusión mayor”, tal vez a la par del más famoso Santana.
Considera que “quizá fue mala fortuna o le faltó más material propio, original; expresar algo que podía dar con la guitarra pero con música y letras propias; era muy creativo y muchos de sus covers se convertían en auténticas, excelentes creaciones, pero no pudo desarrollarse como compositor”.
Revolución de Emiliano Zapata – La Revolución de Emiliano Zapata (1971)
Originarios de Guadalajara, la respuesta azteca al rock psicodélico de la época. Según una crónica del mismo año de la desaparecida publicación México Canta “el primer grupo mexicano que logró ser programado en la radio capitalina en inglés”.
Además de que 'Nasty Sex' "fue programado y programado, hasta que se achicharró radicalmente. Pero otras rolas del grupo no fueron, en definitiva, quemadas; la gran mayoría de las que componen su LP”.
Como daon contemplados para tocar en Avándaro, pero declinaron la invitación debido a su entonces saturada agenda. Y con el tiempo, pocos escuchas les perdonaron que acabaran convertidos en grupo tropical y de baladas.
El Ritual – El Ritual (1971)
Se dice que mucho antes que Kiss y Alice Cooper, estos oriundos de Tijuana ya llamaban la atención con sus maquillajes en el rostro.Sin duda, estupendo ejercicio de rock and roll, un trabajo que tal vez sea el que mejor ha resistido el paso del tiempo. Poderoso, agradable. Una consola moderna podría darle una dimensión épica. Urge desempolvarlo.
Peace & Love – Peace & Love (1973)
“Elaboró su primer y único LP bajo el influjo musical de finales de la década de los sesenta; y fue de una factura tan interesante, que logró abrir brecha dentro de los medios y el público en general”.
Así lo escribe José Luis Pluma para el Catalogo Subjetivo y Segregacionista del Rock Mexicano de 2001.
“Tenían diversas influencias, destacando las de Santana y Chicago; de ahí que en el disco se hayan creado dos tipos de canciones: las que fusionaban rock con danzón y mambo (...) y las que mezclaron rock con funk y pop”.Según pluma “las letras elaboradas bajo la atmósfera de aquella época, están llenas de pensamientos positivos, aunque un tanto ilusorios”, mientras que “en el desempeño instrumental destacan el bajo y los metales”.
Bandido – Bandido (1973)
“Aunque lograron concretar un solo LP, éste fue suficiente para mostrarnos su enorme talento”, escribe para el mismo libro José Luis Pluma.
“Inclinó su estilo hacia el rock y el jazz, bajo la influencia confesa de bandas como Chicago y Blood Sweat And Tears, sobre todo de esta última, muy marcada en el vocalista Kiko Rodríguez”.Pluma rememora que “aunque todo el material fue cantado en inglés y las composiciones eran bastante largas, Bandido llegó a ser programado en la radio comercial, pues sus seguidores se contaban por miles”.
Three Souls in my Mind – Three Souls in my Mind (1975)
“Proscrito, sobre todo después de la celebración de Avándaro, el rock se refugiaba en los hoyos fonquis, donde reinaba el grupo comandado por Lora; allí la banda los seguía porque eran netos”.
En la apreciación de Xavier Quirarte para el Catalogo Subjetivo y Segregacionista del Rock Mexicano “a diferencia de la mayoría de los músicos que habían querido triunfar fusilándose a las grandes bandas estadounidenses o inglesas, escribiendo incluso en inglés, Three Souls In My Mind tenía un estilo propio que les hablaba a los jóvenes desplazados en sus propios términos”.Pero también critica: “la banda no sólo cambió su nombre El Tri, sino que, paulatinamente, fue cediendo terreno a un estilo más convencional (...) entonces uno prefiere olvidarse del Tri y recordar al Three Souls In My Mind, al grupo que no por nada tocó su primer concierto el 12 de octubre de un ya lejano 1968; un grupo de la raza y para la raza; un grupo irreverente, indomable, que luchó a brazo partido contra la intolerancia, que no se quebró en los momento más álgidos”.
El Poeta del Ruido – Decibel (1979)
Tal como hicimos en el post No Todo es Pink Floyd, el autor de este blog rescata algunos párrafos del libro Rock Progresivo, de Roberto Vázquez Mamys:
“(Decibel) se paseaba por las corrientes más vanguardistas de la época, abarcando desde lo experimental, las raíces étnicas de varias regiones mexicanas, el jazz en su más libre expresión, la música concreta, el rock progresivo y todo sonido que se les ocurriera en su anárquica improvisación”.
Continúa: “Decibel a pesar de su lucha fue incomprendido, era demasiado para los oídos acostumbrados a ritmos populares o rock comercial, la gente se salía a la mitad de sus conciertos; con el tiempo se ha ido reconociendo su obra, la cual constó desgraciadamente en los años 70 de un sólo disco, el cual en los noventa se convirtió en CD, con algunos pequeños cambios y últimamente salió un segundo CD a la venta; lo importante es que el grupo fue y es conocido en varios países de Sudamérica, Europa y Asia”.
Antes de la década de los 80 también hicieron historia las agrupaciones que a continuación enumero, y que aunque de manera apresurada, no puedo dejar de mencionar: Los Camisas Negras, Crazy Boys, Los Hooligans, Rebeldes del Rock, Los Dug Dugs, Tequila, El Epilogo, División del Norte, Tinta Blanca,Enigma, Guillermo Briseño, Caja de Pandora, Mistus, Naftalina, Zigzag, entre muchos otros.
Por supuesto que me hacen falta bastantes artistas, pero esperaré las atinadas aportaciones de los lectores para enriquecer este espacio. Y para los que recién descubren a estas joyas perdidas, pues bienvenidos...