20 años de lucha en el rockn' roll, y el Haragán sigue tan entregado como al principio: valga desde aquí un abrazo al buen Luis Álvarez y que nos siga deleitando con su música de menos otros 200 años!!!
La rola aparece en el disco
Rock que se comparte, el cual vió la luz en 1991 y es editado por discos y cintas Denver
.http://www.mediafire.com/file/ntzjzy1m3zu/Amor por nada.mp3En Chilpancingo, “El Haragán” celebra 20 años de irrumpir en el Rock nacionalTomado de http://inter-accion.com.mx/capital/1418.html 150609Todos dicen que ya llegó, todos dicen que ya está aquí-, sonó la voz de José Luis Álvarez “El Haragán” ante casi un millar de seguidores de Chilpancingo, Taxco, Iguala, Chilapa, Tlapa y Huamuxtitlán que acudieron a tomar parte del concierto que tuvo lugar la noche del 13 de junio.
Salvo un “ligero” conato de bronca entre algunos fanáticos desorientados que no paso a mayores, las cosas salieron bien para los grupos que tomaron parte de la velada roquera en la capital del estado.
Los seguidores de la música que hermana a jóvenes de todas las edades y de todos los sectores sociales llegaron puntualmente a la cita, pese a la obstrucción de las principales calles de acceso, que fue provocado por las fiestas patronales del barrio de “San Antonio” y por el velorio de un vecino, lo que desquició la circulación de quienes pretendían llegar en coche.
La noche era fresca, el ánimo estaba prendido y para fortuna de quienes iban por el grupo principal, no hubo tantas bandas previas como en otras “tocadas”.
En medio de la multitud, destacó la figura menuda, el cabello caprichosamente acomodado en una cabeza que amenazaba con estallar, los ojos vivaces y los labios perfectamente delineados que constantemente se movieron para dar paso a un bien entonado sonido gutural, acompañando la voz del cantautor que vino a Chilpancingo para romper con una veda de dos meses sin presentarse vivo.
Una rosa llegó al concierto, desplegando belleza y frescura, energía pero sobre todo, con el ánimo de romper las poses que la cotidianeidad estudiantil y laboral reclama, para disfrutar del recuento de dos décadas de historia musical de uno de los pioneros del rock nacional.
Antes, huevos con nopalPrevio a la presentación del grupo central estuvo en el escenario el Heavy Nopal, poniendo a bailar a la concurrencia con el asalto chido, haciendo viajar a los jóvenes de ayer y hoy con la “Máquina del tiempo” y alojándolos por algunos minutos en el siempre cálido “Hotel California”.
Los corazones se aceleraron, el bailoteo se intensificó y la inconformidad ante la inminente despedida creció cuando se ejecutó la versión adaptada de “No tengo tiempo”, aunque la etapa más emotiva de la intervención de los nopales fue el momento en que se entonó “con estas Rosas”.
Vino después la cena musical hecha a base de “Huevos con nopal” y la despedida que implicó la ratificación del espíritu rebelde con “siempre he sido banda”.
La perra bravaAsomaban las sombras del domingo 14 de junio cuando entró al antiguo palenque de Chilpancingo “La perra brava del barrio”, entonada por José Luis Álvarez, que iba enfundado en una playera negra y pantalón de mezclilla del mismo color.
Le acompañaban dos guitarras, un bajo, un trombón, un chelo y la indispensable batería…fue notable la ausencia del sopas; el extraordinario saxofonista del grupo.
Y no se dejó de señalar, que el Haragán es mucho grupo, pero una ausencia del “Sopas” siempre va a pesar en un concierto en vivo.
-Todos dicen que es la más feroz, todas las perras la envidian, calle 12-22, la más peleada del barrio, que vive en aquel callejón-, reza una de las estrofas centrales de la pieza con la que inició la intervención del concertista de la noche.
Entre los momentos más emotivos de la tocada se pudo anotar la canción que siempre va dedicada para los integrantes de la banda que ya se adelantaron en el camino, por eso es que se recordó la observación rigurosa y precisa de “no estoy muerto, simplemente estoy durmiendo”.
Para las mujeres, particularmente las urbaneras que acudieron a la cita del sábado por la noche y que aguantaron de pie hasta la madrugada del domingo hubo más de una dedicatoria; “aburrida la vida” y “muñequita sintética” de las que más corazones atraparon.
Tres afortunadas tuvieron la oportunidad de subir al templete para corear la parte descriptiva de la pieza; “las bardas mojadas de brandi y de ron, las piedras rosando tus senos”.
Una playera, un DVD y un poster que fue lanzado hacia la concurrencia fueron los regalos que el grupo dio a las valientes que acompañaron el tema.
Petate quemadoUn par de policías entraron al establecimiento buscando a un grupos de despistados que aprovechó el camuflaje que ofrece una concurrencia importante para quemar un cigarrillo que desprendió un fuerte olor a petate quemado.
No encontraron a nadie, quizá porque los improvisados “quemadores” se disgregaron en cuanto acabó de consumirse el cigarrillo, o porque alguno de los organizadores les reclamó el dislate.
Antes, un conato de bronca fue sofocado por la misma fanaticada, fuera de eso el evento se desarrollo de manera efusiva, pero en calma.
Los uniformados se retiraron del lugar sin llevarse a nadie, ni siquiera pudieron encontrar el cuerpo del delito, que serían los residuos de la bacha que caprichosamente fue consumida hasta el final.
El chamuco no me hace nadaPara los adolescentes despistados que acudieron hubo también algunos con dedicatoria especial; “El chamuco no me hace nada”, “Hay un perro tirado en la calle” y “A esa gran velocidad”.
Incluso, para las parejas incipientes, o las que ya se encuentran en etapa terminal hubo referencias claras; “Piénsalo bien”, fue una de las que se ejecutaron con un sentido reflexivo.
-Cuando era niño pensaba yo que las cosas eran fáciles que bastaba un botón, para poder cambiar-, se escuchó con energía, despertando el ánimo de adolescentes que amenazan con entrar a la edad adulta.
-Sabía que era difícil crecer, es estas calles salvajes, y poder sobresalir, entre toda esta gente-.
La des-velada musical terminó después de las tres de la mañana, la concurrencia se retiró en penumbras, algunos tambaleantes, otros cansados pero visiblemente satisfechos por la experiencia vivida.