El monstruo catalán fue demasiado poderoso. Acabó con el sueño de "El Chicharito" de ser el segundo mexicano en quedarse con la Champions League. Lionel Messi con un disparo inclemente despertó a Javier Hernández para convertir la final de Wembley en una pesadilla para él y su equipo. El Barcelona se quedó con su cuarta "Orejona".
Se enfrentaron los dos mejores equipos de Europa y el Barcelona bailó a placer al Manchester United. Un monólogo que mareó a los ingleses en su suelo. Monopolio catalán, orquesta en perfecta armonía durante el primer tiempo hasta que llegó Rooney para descomponer la agradable melodía blaugrana. Aunque no por mucho tiempo.
Un gol de Pedro (27') en los primeros 45 minutos que bien pudieron ser más si Lionel Messi, Xavi Hernández y Andrés Iniesta no se divirtieran tanto paseando el balón como anotando. Pero el Manchester Unted tuvo una la metió para confirmar provisionalmente que el futbol desconoce la justicia. Sir Alex Ferguson siempre nervioso; Josep Guardiola sereno porque el script fue como quiso el entrenador culé y al final así fue.
El gol de Rooney (33') ni siquiera creó nervió en los pases del Barca, por eso jamás dejó de ser más peligroso. "El Chicharito" sigiloso, en su papel de llanero solitario porque ni Luis Valencia, ni Ji Sung Park supieron quebrar la defensa rival. Aún así, el mexicano siempre lucía como el llamado a romper el partido a favor de los Diablos Rojos. Al final poco y nada del delantero de moda en Inglaterra.
Messi, siempre él, la "Pulga" se aburrió del empate en "La Catedral del futbol mundial". Puso un tiro poderoso (53') en la cabaña del ayer todavía portero del United, Edwin van der Sar para finiquitar el encuentro.
David Villa sólo puso más belleza en el marcador con un tiro en al ángulo (69') para engrandecer más el juego de los españoles. El resultado, el 3-1, muy barato en favor del mejor equipo del mundo, ante la tristeza de Javier Hernández que tan sólo fue una desaparecida esperanza.
Aún así, esperará que el futbol le dé una revancha. Mientras, Barcelona, digno, justo y merecido campeón de la Champions League.
¡Visca, Barça! se escuchó en Wembley, al ritmo de la melodía culé en el terreno de juego y la "Orejona" entre sus manos.
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